sábado, 8 de septiembre de 2012

Capítulo 3: Luces, cámara y acción.


¡Continúa la historia de la gran Aprendiz de Holmes! ¿Conseguirá Kaito Kid robar el libro? 

CAPÍTULO III

LUCES, CÁMARA Y ACCIÓN

-          ¿Qué hora es? – preguntó Blowe.

-          Las once de la noche – respondió Conan – propongo ir a comprobar que todo esté en su sitio. El Kells, las cámaras…

-          Estoy de acuerdo – dijo el magnate irlandés – pero vamos todos juntos. Tú también Josué.

Una vez dicho esto, pusieron rumbo a la sala del Kells, que era la que estaba al fondo del pasillo, y cuya puerta se veía desde la entrada principal a la casa. A su izquierda tenía las escaleras que conducían al piso de arriba donde, entre otras cosas, estaba el cuarto de vigilancia, y a su derecha, la puerta de la cocina, que se mantenía abierta gracias al carro de la comida cubierto por un mantel. Antes de llegar a la estancia, no obstante, una escalera de pintura estaba apoyada en la pared, utilizada, probablemente, para colgar ese gran cuadro con el mar como tema principal pintado el 14/07/98 situado justo por encima de ella.   

-          Este servicio cada día más descuidado – dijo Niamh McCarthy al ver la escalera.  

La sala donde estaba ubicado el libro del Kells no era tan espaciosa como la fotografía de la postal parecía indicar, aunque su techo sí que era un poco más alto de lo común. No tenía ventanas, tan solo un conducto de ventilación muy pequeño justo encima de la puerta, y la cámara de vigilancia estaba colgada justo en la parte más elevada de la pared  de la izquierda de la entrada.

-          ¿El libro es el auténtico? – preguntó Yukiko.

-          Sin duda – respondió Giulietta Giardelli mientras le echaba un vistazo desde fuera – soy una especialista en estas cosas, si no lo fuera yo ya me habría dado cuenta – dijo en un tono un tanto soberbio la historiadora.

-          Parece que está todo en orden aquí, dijo Emmanuel. No parece que se pueda abrir la vitrina sin la llave.

-          Pues toca ahora repartirse en dos grupos – dijo Sean Grace – uno que vaya a la sala de vigilancia para estar pendientes de las cámaras, y el otro que se quede aquí, en la puerta, para evitar que nadie entre.

-          Yo me quedo – dijo Conaill – y conmigo Josué. Si alguien me quiere robar el Kells, ¡tendrá que pasar por encima de mí!

-          Está bien padre, pues nosotros iremos a la sala de vigilancia – dictaminó Niamh.

Tardaron cinco minutos escasos en llegar al cuartillo de las cámaras de seguridad, pero al ser tan pequeño, se hubieron de apretar para poder entrar. Aún así, Emmanuel Blowe, al ser tan alto se quedó fuera, por lo que la señorita McCarhty le instó a que bajara a vigilar con su padre y el mayordomo.

-          Espere que lo acompaño – dijo Sean Grace – así cabrán mejor aquí.

Finalmente, se habían dividido en dos grupos de cuatro adultos, quedando en la sala de vigilancia Yukiko Fujimine, Conan Edogawa, Filomeno Vancete, Giulietta Giardelli y Niamh McCarthy.

-          Parece que todo está tal y como lo dejamos – dijo Filo Vancete señalando al Kells, a la vez que todos se giraban para mirar.

Y se hicieron las doce de la madrugada. De pronto, cuando el reloj del salón marcaba la hora, con la campanada número doce, las luces de la mansión se apagaron, dejándola a merced de las tinieblas. Acto seguido, el eco de unos cristales rotos rompieron el silencio que reinó en la casa hasta que se encendieron los focos de nuevo. Y como era de esperar, la vitrina del Kells estaba rota y el libro, desaparecido.



Kaito Kid ha robado el libro delante de las narices de Conan Edogawa… ¡El honor de un detective está en juego!

¡Kaito Kid ha conseguido robar el libro! ¿Qué harán al respecto? Y la pregunta del momento es... ¿Cómo ha sido posible? ¡Ahora empieza lo interesante!